Alfredo Tosto nació en Rosario hace 37 años. Actualmente, reside en Málaga, en el sur de España. Desde chico, estudió música, percusión y batería. “Ahora me dedico a la música; vivo de ella, de dar clases y conciertos”. Cuenta que se dedica, también, al tango danza. “Estoy dando clases y participando en shows junto a mi compañera Natasha”. Este jueves, Alfredo presentará en nuestra ciudad “Música de mundos”. Se trata de un espectáculo al cual define como el resumen de sus diferentes viajes por el globo terráqueo.
El origen de una vida dedicada a la música
Alfredo explica que su madre es correntina. Desde que tiene uso de razón, nuestro entrevistado viajaba todos los años a Corrientes a visitar a la familia que vivía allá. Especialmente, en una época del año donde se hacía la fiesta de la Virgen de Itatí. “Recuerdo que siempre me fascinaba porque se armaba en una plaza frente a la basílica una peña folklórica. Y ya de muy chiquito me encantaba el folklore”, señala. A los seis años, Alfredo empezó bailando malambo y tocando el bombo legüero durante varios años en un grupo de folklore, en la zona sur de Rosario. Hasta que a los 12, comenzó a estudiar batería en un conservatorio. Luego, siguió estudiando en la escuela provincial de música. Después, estuvo algunos años en la universidad. Y, más tarde, empezó a viajar y a estudiar las músicas latinoamericanas en los lugares de origen.
¿De qué trata “Música de mundos”?
“De composiciones de diversas partes del mundo, con diferentes instrumentos del mundo, también. Mayormente, son composiciones de gente que todavía está viva. Están basadas en tradiciones del mundo pero con un toque actual. Salvo una composición, que es más clásica oriental, las otras son más nuevas pero siempre con la impronta folklórica de cada país. Vamos a estar atravesando Brasil, Argentina, Turquía, España, Grecia e India, entre otros lugares”. Alfredo explica que el espectáculo es como un resumen de sus viajes, de esas culturas que fue conociendo. “Realmente siento que fui encontrando tantas riquezas, tantas joyas por ahí, que tenía ganas de traerlas a mi ciudad y compartirlas con la gente”.
“Este recorrido que estuve haciendo se va a ver reflejado en las composiciones que se van a interpretar esa noche, que van a ser todas parte de cuestiones que fui aprendiendo en viajes. El público se va a encontrar con un escenario plagado de artistas increíbles e instrumentos con sonoridades nuevas para el oído. Hay instrumentos que vienen de India, como el armonio o dilruba, que son pocos comunes al oído rosarino. También, va a haber guitarras, contrabajos, pianos, danzas. Muchas cosas van a estar pasando en escena en simultáneo y por partes, también”.
Alfredo Tosto y su vínculo con la danza
Fue alrededor de los años 2009 y 2010 que, según nos cuenta Alfredo, nació su interés por la danza, y por el tango, específicamente. Lo primero que hizo fue tomar clases grupales de tango. Luego, partió del país y estuvo un año en Uruguay y tres, en Brasil. “En esos años, alguna que otra clase grupal tomé. Pero en Brasil, retomé el contacto con la danza, brasilera puntualmente, con el cuerpo. Lo que me llevó a pensar que quería volver a retomar el tango, pero aprender en serio”. Cuando volvió a Argentina, lo primero que hizo fue empezar con las clases.
La influencia y el rol del contexto
Nuestro entrevistado relata que, a su modo de ver, su infancia marcó mucho el recorrido de su vida y de sus estudios. A eso se le suma el haber estado en el lugar de origen donde sucedía la cuestión folklórica, “acompañando a la música, a los aromas, a la gente transitando las calles, bailando, de todas las edades, en un mismo entorno cultural, cantando, sin prejuicios. Creo que eso modificó mucho mi forma de ver la música”.
Cuando estaba en los primeros años de la universidad, Alfredo sentía que le faltaba algo, porque no se conformaba con estar sentado aprendiendo. “Ahí decidí que quería ir a los lugares de orígenes a estudiar la música que yo tenía ganas de estudiar. Luego de un viaje al noroeste argentino fue cuando algo hizo clic en mi cabeza”. Tosto se dio cuenta que quería ir a cada sitio a buscar y a empaparse de eso que precisaba, esos aromas, sabores, sonidos.
Alfredo Tosto y su paso por el mundo
Nuestro entrevistado estuvo un año en Uruguay donde estudió candombe. Luego, se fue a Brasil, donde permaneció tres años en Río estudiando todo lo que podía: candomblé, maracatu, zamba, de todo un poco. Cuando regresó a Rosario, grabó varios discos con artistas locales y después emprendió viaje para Europa. Sin embargo, confiesa que, en realidad, esa era la excusa para poder ir a trabajar ahí y luego irse a estudiar a India.
La riqueza de la diversidad
“Estuve por España, Italia, Francia, Marruecos. Y con mi compañera nos quedamos viviendo en el sur de España para poder hacer los papeles necesarios”. Lamentablemente, el viaje a India aún está pendiente a causa de la pandemia. “Creo que cada país me enriqueció muchísimo en cuanto a la filosofía de vida, a la cosmovisión, a la forma de sentir la música y la vida. De cada lugar que estuve estudiando y aprendiendo algo son herramientas que me llevo para la vida, también”.
La relación de Alfredo Tosto con Italia
“Mi familia italiana viene de Sicilia. Creo que a mi bisabuelo (o tatarabuelo, no recuerdo bien) cuando llegó aquí le cambiaron el apellido. En verdad, era Tosti pero anotaron Tosto. En Italia, estuve por Sardegna, Génova, Milán, Campo Ligure. Me encanta el país y siento cómo somos tan italianos los argentinos. Parecía estar caminando por Argentina”.
¿Qué significa la música en tu vida?
“Es algo esencial. Es la descarga a tierra y la conexión con el todo, también. Es una parte fundamental por la cual vivo. Se me viene a la mente una entrevista de Egberto Gismonti que dice que nosotros somos medios para la música; que nadie es dueño de ella, que somos canales para poder recibir esa información y transmitirla a otra gente”.
Anécdotas que enriquecen
A modo de conclusión, le preguntamos a Alfredo si recordaba alguna anécdota en particular de sus diferentes viajes por el mundo. Nos cuenta que cuando llegó a Río de Janeiro, conoció a un grupo de personas dentro del cual había una chica de Puerto Rico que estaba trabajando con niñas madres en las favelas. “Nos hicimos amigos. Yo le conté que venía de Uruguay, de estudiar candombe. Y ella me dijo que después de su clase, en la favela, había un profesor de candomblé, y de danzas afro para las niñas. Ella le contó de mí al profesor”.
Alfredo se reunió con él (si bien confiesa que estaba algo asustado porque casi no hablaba el portugués y por el hecho de ir a una favela). “Me encontré con un grupo maravilloso de personas que tenían una compañía de danza. Empecé a ir todas las semanas a estudiar con ellos”, indica nuestro entrevistado. Cuando se enteraron que Alfredo sabía tocar la batería, lo contrataron y estuvo girando con ellos por muchas ciudades de Brasil durante sus tres años de permanencia en el país.
Autor imagen de portada: Alfredo Tosto.
¡Gracias, Alfredo, por compartir tu historia con nuestra comunidad! 😊
Hermosa nota! ❤️