A casi 170 km de Rosario, se encuentra San Carlos Centro, ciudad en donde el oficio de hacer campanas se mantiene vivo hasta el día de hoy. La fábrica de la familia Bellini fue fundada en 1982 a partir de la construcción de la iglesia de la localidad. Con una antigüedad de 5 generaciones de campaneros, es donde se hacen las campanas de bronce que han trascendido los límites de nuestra provincia y las fronteras de nuestro país. Entre Ríos, Mendoza, Buenos Aires y, también, países como Uruguay, Bolivia y Paraguay hacen brillar y resonar en lo alto de sus iglesias las campanas nacidas a pocos kilómetros de nuestra ciudad. Sin dudas, un orgullo provincial y nacional que vale mucho conocer.
El oficio de hacer campanas: la familia Bellini
Todo comenzó en el año 1982, cuando Juan Bautista Bellini, bisabuelo de Miguel – quien hoy está junto a sus hijos al frente de la fábrica – llegó al departamento de las Colonias, Santa Fe desde Piamonte, Italia. Al instalarse allí, montó su taller con la idea de dedicarse a arreglar máquinas agrícolas ya que con los conocimientos que tenía de ingeniería y mecánica podía fabricar los repuestos para la reparación de las mismas. Al tiempo que Juan Bautista montaba su taller, se estaba construyendo la capilla de la localidad.
Fue así que el arquitecto que estaba a cargo de la obra contrató a un campanero, el italiano Sdrigotti, quien, a su vez, solicitó ayuda técnica a Bellini y también el uso del horno de su taller. Así nació una etapa nueva. Bellini y Sdrigotti comenzaron a fabricar campanas de manera conjunta hasta que Bellini siguió adelante con el oficio. Hoy en día, la familia se dedica a la actividad agrícola, manteniendo el espíritu vivo de la que fuese la única y más importante fábrica de campanas de bronce de América del Sur.
El proceso de producción de las campanas
Las campanas producidas en la fábrica Bellini son de fabricación artesanal y hacer una sola campana puede llevar varios meses de trabajo. El molde de cada campana fabricada es único, y se realiza con diferentes tipos de materiales. Para realizar las campanas, se entierra el molde previamente realizado en el suelo de tierra para que el peso de la colada del metal fundido no se hunda y rompa con el peso. Este método se llama “moldeo a la cera perdida”. Luego, el molde se desentierra, y se rompen su capa exterior e interior. Se pule la campana y se realizan los detalles, si así lo pide el cliente, que suelen ser iglesias o parroquias; y muchas veces solicitan detalles especiales. Las campanas son realizadas en bronce con una aleación de diferentes metales.
De los años de esplendor a la actualidad
En aquellos años del auge de la fábrica, se llegaban a producir entre 40 y 50 campanas al año. Esta demanda no ha sido constante con el tiempo, ya que las campanas son elementos de gran durabilidad. Por lo tanto, quienes piden una vez, no volverán a hacerlo en mucho tiempo; a no ser que se construyan nuevos campanarios. Muchísimas anécdotas se atesoran en el corazón de la empresa familiar. Entre ellas, la que cuenta que tras el fallecimiento de Evita, el mismo Juan Domingo Perón les encargó una de 5 toneladas para el funeral. Campana que no pudo producirse en ese tamaño, sino que se realizó una más pequeña que hoy se encuentra en un edifico lindero al Cabildo.
Una visita muy especial
En el año 1987, cuando el Papa Juan Pablo II visitó nuestro país, tuvo el honor de oír el sonido de una campana en la catedral de Paraná, Entre Ríos, también producción de la fábrica. Por la ausencia de demanda y los cambios que se han generado actualmente, hoy sólo trabajan a pedido con una producción mínima. Hoy, los descendientes de Juan Bautista Bellini se dedican casi de lleno a la agricultura. Razón que no le quita a esta familia la calidad de fabricantes con historia de las campanas que suenan en lo alto de los campanarios de las iglesias. Las mismas que se encargan de generar el sonido que conectan a los fieles con lo divino. Y lo que está aquí en la tierra, con lo que está en el cielo, más allá de nuestros ojos.
Autor imagen de portada: Facebook Campanas Bellini.
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