El carnaval de Venecia Venecia es, probablemente, el más conocido del continente europeo. Sin embargo, esta tradición de más de 900 años, se puede revivir en nuestra ciudad. A través de sus máscaras, el grupo “Le Mascherate” de la Familia Veneta, nos transporta a la época de la Comedia del Arte.
Carnaval de Venecia: una historia de casi un milenio
El primer documento que se tiene del carnaval de Venecia data del año 1094. Se trata de un documento del Doge Vitale Falier. En este, se utiliza por primera vez la palabra “carnaval” para referirse a divertimentos públicos. Pero no es hasta el 1296, que se formaliza su uso. En ese año, el Senado de la República, declara festivo el día precedente a la cuaresma.
Estos festejos, instituidos por la oligarquía veneciana, permitían que la población se burlara de los ricos. Esto lo lograban a través del uso de una máscara. Era una forma de dar a los más humildes, la posibilidad de sentirse a la par de los “potentes”, de la aristocracia de la Serenísima. Un día para festejar sin frenos, una forma de descomprimir las tensiones sociales.
Con el tiempo, Venecia se volvió la capital de la diversión y las máscaras, el juego y la metamorfosis. Hoy, el carnaval es uno de los activos más notables de la ciudad de Venecia. Gran parte del año se trabaja para los festejos que atraen miles de turistas.
Las máscaras venecianas
El uso de las máscaras, fue para los habitantes de Venecia, la posibilidad de asumir diferentes roles y de igualarse a la aristocracia de la ciudad. Estas, no se utilizaban sólo durante el periodo de carnaval, sino en algunas otras fechas festivas. Los ciudadanos que las portaban, podían resguardar totalmente su identidad. Es decir, religión, sexo, ocupación y clase social, eran dejadas de lado para asumir una personalidad diferente. Es por esto que el saludo que se escuchaba en las calles de la ciudad era “buen día señora máscara”.
Algunas de las máscaras más conocidas son las que pertenecen a la Comedia del Arte. Se trata de una forma de representación teatral nacida en el siglo XVI. Ligada estrechamente al carnaval, las más célebres son: Arlequín, Colombina, Balanzone y Pantalone.
Las máscaras venecianas en Rosario
Si queremos ver de cerca esta tradición de máscaras, sin viajar miles de kilómetros, debemos acercarnos a la Familia Veneta. Una de las asociaciones regionales italianas tradicionales de la ciudad, posee hace unos años un grupo que revive esta costumbre. Hablamos con Mariano Gazzola, presidente de la Familia Veneta para conocer un poco más al respecto.
“La comunidad italiana de Rosario tiene una larga tradición de grupos folclóricos de las asociaciones regionales. Nosotros teníamos el Coro Veneto, pero queríamos también tener otra manifestación cultural. Y se pensó en algo que fuera distinto a los demás grupos y que resaltara nuestra región: y ahí teníamos las famosas máscaras del Carnaval. El grupo fue surgiendo de a poco en el seno de nuestra Asociación, como un pequeño grupo de expresión corporal que representaba a personajes de la Comedia del Arte y en 1998 lo formalizamos con el nombre Le Mascherate”, nos relata con gran satisfacción. Las recreaciones que hacen están basadas en el Carnaval y en la Comedia del Arte. Nos comenta que se trata de “una historia simple con tradiciones carnavalescas (máscaras y vestuario), recursos mímico y pequeñas habilidades acrobáticas, con una música de fondo y una voz en off que va dando pié al ingreso de las distintas máscaras. Obviamente para esto no se necesita ser actor, los integrantes del grupo tienen una base de expresión corporal”.
Un carnaval único
El carnaval de Venecia es único, y sus máscaras también. “No en vano, el más veneciano de todos los trajes de carnaval es el Baúta: un disfraz histórico que hoy sigue más vigente que nunca. Consiste en una máscara blanca particular llamada larva, que se usa debajo de un tricornio negro, acompañada por una sotana larga hasta los pies y completada por una capa oscura envolvente, el tabarro. La baùta garantiza el anonimato total: la forma particular de la Larva (la máscara), su labio superior deformado y estirado para deformar también la voz del usuario, asegura la posibilidad de beber y comer sin tener que quitarla. Todo misterio existe para ser descubierto, quizás por eso es único el Carnaval de Venecia, un carnaval misterioso que nos invita a descubrir al otro y a uno mismo”, finaliza Gazzola.
