Desde hace un par de meses no hablamos ni escuchamos nada que no sea sobre el Coronavirus. Hoy, su avance y las medidas de prevención modifican nuestras vidas. Influye en la forma en que trabajamos, estudiamos, nos entretenemos, nos relacionamos. Luego de las nuevas directivas del Poder Ejecutivo respecto a escuelas y la decisión de las universidades, nos enfrentamos a un nuevo desafío. Debemos cuidar la cuarentena y, al mismo tiempo, educar y preservar la formación de los estudiantes fuera de las aulas.
Las medidas del Gobierno Nacional
El pasado domingo 15 de marzo el Presidente, Alberto Fernández, confirmó la suspensión de clases hasta el 31 de marzo. Esta medida incluye a los distintos niveles educativos de nuestro país, desde el Nivel Inicial hasta el Nivel Secundario. “Muchas veces los chicos son portadores y terminan contagiando a familiares y adultos”, señaló el Presidente para auspiciar la resolución. Sin embargo, aclaró que los comedores escolares continuarían abiertos para alimentar a los niños y jóvenes que lo necesiten.
Gentileza Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires: travel.buenosaires.gob.ar
Algunas horas antes, las diversas universidades argentinas y los institutos terciarios habían tomado decisiones similares, para evitar el contagio. Por lo tanto, desde este domingo los estudiantes de todos los niveles deben cumplir la cuarentena y quedarse en sus hogares. Sin embargo, una pregunta se vuelve obligatoria ¿Cómo aseguramos el derecho a la educación de calidad? Gracias a las facilidades que nos brinda la tecnología e Internet, esa pregunta se vuelve un poco más fácil de responder.
Educar a distancia, la continuidad del aprendizaje
Frente a la situación que estamos viviendo en la actualidad, es usual recordar aquellas vacaciones del año 2009 que se extendieron por la Gripe A (H1N1). Los exámenes finales de las universidades se suspendieron y el receso escolar debió adelantarse para evitar la propagación de la Gripe. Hoy, casi una década después, volvemos a encontrarnos con una situación similar. Sin embargo, el avance de las Nuevas Tecnologías nos ayuda a resolver parte de este dilema.
Por un lado, los colegios y educadores están intentando llevar a cabo clases virtuales mediante distintas plataformas digitales. La más usual y, además, gratuita es el Google Classroom. Permite subir material, interactuar virtualmente con los alumnos y trabajar de forma colaborativa. Por otro lado, muchas universidades ya cuentan con campus virtuales propios. Éstos facilitan la comunicación, la publicación de material teórico y el intercambio de actividades académicas entre docentes y estudiantes. Así, mediante estas aulas virtuales, es posible no interrumpir la formación de los alumnos aún cuando deban cumplir la cuarentena.
Otras formas de educar en tiempos de Coronavirus
La cuarentena y la responsabilidad de permanecer en nuestras casas no es un impedimento. Podemos seguir aprendiendo, conociendo y compartiendo con el resto de la familia. Por este motivo, distintos museos, instituciones y bibliotecas dieron acceso público e ilimitado a todos sus contenidos. Por un lado, una opción es visitar los Museos Vaticanos sin movernos de nuestro sillón y además, practicamos la lengua italiana. Siguiendo la misma línea, Google desarrolló una nueva herramienta que permite recorrer, desde la comodidad del hogar, distintos lugares, edificios y monumentos importantes del mundo.
PhotoCredit: Marina Artese Grillo
Asimismo, la UNESCO puso a disposición su Biblioteca Digital Mundial que posee importantes materiales culturales. Encontramos libros, mapas, manuscritos, fotografías, partituras musicales, películas, entre otros. Dicho archivo comprende desde el siglo IX a.C. hasta el año 2000. El acceso es libre, gratuito, fácil y multilingüe, es decir, está disponible en distintos idiomas. Mediante estas iniciativas, los jóvenes y adultos pueden educar y aprender desde otros ámbitos y adquirieren nuevas competencias. En pocas palabras, el aprendizaje forma parte de la vida cotidiana y no es obligación exclusiva de la escuela.
Nuevos desafíos
Tenemos que aprender a ver a Internet como un espacio propicio para el desarrollo del aprendizaje y no como una distracción o pérdida de tiempo. Dichas facilidades nos permiten (re)conectarnos con el mundo desde otra perspectiva. Si hoy la tecnología forma parte esencial de nuestras vidas, ¿cómo no va a atravesar también a la educación? Queda claro que esta nueva modalidad supone un cambio de paradigma educativo. Éste debe ser afrontado no sólo por los docentes, sino también por los estudiantes, sus familias y la sociedad en su conjunto. Frente a la era digital, es fundamental que confiemos en estas nuevas herramientas de formación, para que educar fuera del aula no sea una misión imposible.
