Augustin nació en Rosario, en 1976. Desde el 2008, tiene su propia empresa llamada LEGroup Industries. No viene solo de familia italiana sino también de familia irlandesa y argentina. Por su trabajo de ventas internacionales, viaja muchísimo. Estuvo, por ejemplo, en India, Dubai, Finlandia, Italia (por supuesto), Reino Unido y Portugal, entre otros lugares, en el 2019. Antes de volver (de visita, en teoría) a Rosario, residía en Irlanda. Decidió regresar a nuestro país por un tiempo, pero la pandemia y la recesión económica lo obligaron a cambiar un poco sus planes. La situación se complicó cuando, a principios del mes de octubre, Augustin se contagió de Coronavirus. “Como le pasó a varios en Pichincha”, indica. En esta nota, nuestro entrevistado nos cuenta cómo atravesó esta difícil enfermedad y cómo fue la asistencia que le brindó el equipo médico rosarino.
Volver a casa
Augustin explica que llegó a Rosario el año pasado, para las Fiestas. “Desde el 15 de diciembre hasta febrero, pasé un lindo período juntos a las tías y los primos. Aquí es donde tengo pocos amigos y parientes que me conocen desde que nací”. De pequeño, Augustin vivió también en Brasil. Y explica que solía volver en diciembre a Rosario para pasar el verano en la casa de su abuela. “La nonna calabresa era muy linda. Cocinaba, nos contaba las historias de Morano Calabro. Y las tías ligures, las historias de Serra Riccò”. La italianidad siempre estuvo presente en su vida. Estuvo viviendo, de hecho, en Italia. Y trabajó para empresas italianas en Argentina y Brasil.
Augustin O’Brien Caceres: crónica de un contagio silencioso
Augustin debía volver en marzo a Europa. Pero, por obvias razones, tuvo que cancelar su vuelo. Cuando empezó la pandemia, nuestro entrevistado fue muy respetuoso de la consigna “quedate en casa”. Sobre todo, porque estaba viviendo en la casa de una tía de 70 años. Al principio, la situación parecía controlada. Pero cuando llegó la pandemia fuerte en octubre, lo vivió en primera persona. “Mi prima me llamó para decirme que estaba infectada. Ella había venido a casa dos días antes”, explica Augustin.
Era probable que él también estuviese infectado aunque, según nos cuenta, no sentía ningun síntoma. “Y no los sentí nunca, hasta que me volví muy débil”. Augustin esperaba quizás perder el gusto. Sin embargo, esto no sucedió. “Pensé que no lo tenía o que tal vez, por mi edad, no era grupo de riesgo. Hoy se que lo soy porque mi grupo y factor sanguíneo (tipo A) es el más vulnerable”.
Una enfermedad que agota
Por diversos motivos personales, Augustin estuvo varios días enfermo y sin recibir el tratamiento correcto. “El principal síntoma es la debilidad. Cada día, te volvés más débil. Yo no lo sabía; quería dormir”. Finalmente, Augustin acabó por ir al Hospital Carrasco, llevado por su prima que aparentemente ya estaba mejor. La atención, según sus palabras, fue excelente. “Al momento de la internación, estaba tan mal que les hablaba a todos en inglés”, cuenta nuestro entrevistado, pues es el idioma que mejor maneja. “Y me entendían bien. Gente muy buena, tenían todas las medicinas”.
Augustin O’Brien Caceres: la internación
“Rápidamente, me pusieron en una silla de ruedas, me hicieron un par de rayos X y un test de absorción de oxígeno”. Lo asistieron, también, con un respirador. “Sentí mucha seguridad, que me encontraba en buenas manos. Como no estaba absorbiendo el oxígeno, me llevaron a la zona Covid. No llegué ni a saludar a mi prima”. Augustin quedó finalmente internado por 12 días.
La importancia de recibir una buena asistencia
“El hospital es maravilloso. Tuve una atención maravillosa. Me da la impresión de que los médicos y las enfermeras no ganan lo suficiente, pero el servicio es muy bueno. Este virus, en mi caso, no me dio ningún síntoma. Es una pulmonía silenciosa, y me atacó a los dos pulmones. No tenía la capacidad de procesar el oxígeno. Un día, en el hospital, me dieron una inyección en la pierna. Era un anticoagulante, porque debido a la falta de oxígeno, todo el cuerpo empieza a sufrir las consecuencias. Y como yo tardé mucho en ir al hospital, no solo tuve pulmonía bilateral, también mi hígado se vio afectado”.
Augustin O’Brien Caceres: recomendaciones en primera persona
Augustin da varios consejos para quienes lamentablemente tienen que hacerle frente a esta enfermedad. “Hay que tomar mucha agua, antes y después de la crisis. Estar muy atento a los síntomas y acudir en seguida al hospital. Es una enfermedad que te afecta el sistema respiratorio y el circulatorio. Te hace perder mucho líquido porque cuesta absorberlo. Se te espesa la sangre y muchos pacientes sufren ataques cardíacos (a veces, incluso semanas después de tener alta). Para la recuperación, hay que tratar de moverse un poco para reactivar los músculos y evitar dormir muchas horas”.
La vida post Covid
Augustin tuvo que aprender a vivir con el Coronavirus hasta que pudo curarse. Entendió qué debía hacer y qué no para mejorar. Con el tiempo, logró retomar su vida normal, que lo justifica por haber prestado atención las reglas de la cuarentena. “Sigo usando el barbijo, manteniendo las distancias y usando el spray de alcohol frecuentemente, que son hábitos buenos para reducir la carga viral en uno mismo”. Por suerte, ya no está más encerrado en su pieza todo el día. Y no comparte la casa con una persona anciana. Tras un difícil período, en el que debió hacerle frente a una enfermedad que paralizó al mundo, pudo volver a salir, a hacer deporte, a tomar sol y a vivir, nuevamente, su vida.
Autor imagen de portada: Augustin O’Brien Caceres
