¿Alguna vez nos pusimos a pensar por qué los meses del año se llaman de determinada manera? ¿Y los días de la semana? Tales nombres provienen de una tradición antigua pero que nos hermana con muchos de los idiomas, entre ellos el italiano. Y, específicamente, ¿de dónde proviene el nombre de julio, el mes que comenzamos a transitar hace unos pocos días? Te lo contamos en la siguiente nota.
El calendario y la herencia romana
El calendario es un sistema de medida de tiempo fraccionado según las estaciones del año. Los calendarios, como estructuras temporales, son tan antiguos como la civilización misma. Tal vez nos resulte familiar hablar del calendario maya o del calendario egipcio. Pero, en verdad, todas las antiguas civilizaciones de la historia tuvieron su calendario y su método para medir algo tan preciado como efímero: el tiempo. Cada una de tales civilizaciones estructuraba su calendario en base a diversos fenómenos de la naturaleza, el sol o las fases de la luna. El calendario que utilizamos actualmente es en parte herencia del calendario romano, como no podía ser de otra forma. Si bien el Imperio Romano, dada su extensión, tuvo diversos calendarios, nos interesan los últimos y las modificaciones realizadas.
En un principio, el calendario primitivo romano se dividía en 10 meses y el año comenzaba en marzo, cuyo nombre deriva del dios Marte, dios de la guerra. De esta forma, los siguientes meses hasta junio estaban dedicados a diversas divinidades (Venus, Maya, Juno). A partir de nuestro actual julio, los meses eran nombrados según su orden dentro del calendario. A diferencia de los sistemas temporales de las otras civilizaciones, el romano no se regía bajo los ciclos astronómicos. Fue el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, quien adaptó el calendario al año solar según el modelo egipcio y le agregó los dos meses restantes: Ianuarius (en honor al dios Jano) y Februarius (dedicado a Plutón).
El calendario juliano
En el año 46 a.C., el entonces político Julio César introdujo una nueva modificación al calendario romano. A partir de su nombre, el calendario se conoce como juliano. ¿Cuáles fueron los cambios realizados por Julio César? Concretamente, quien llevó a cabo esta reforma fue Sosígenes de Alejandría por mandato de César. El calendario juliano tenía un año regular de 365 días divididos en 12 meses. Y además, se agregó un día bisiesto a febrero cada cuatro años.
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Más tarde, luego del asesinato de Julio César, por iniciativa de Marco Antonio, se cambió el nombre del mes Quintilis en homenaje al político fallecido. De esta forma, a partir del año 44 a.C., aparece en el calendario el mes de Iulius, que deriva en nuestro actual julio. Luego, en el año 23 a.C., otro mes recibió el cambio de nombre. En este caso, se trata de Agosto cuya denominación se debe al princeps Augusto, sucesor de César. El calendario juliano se propagó rápidamente por toda Europa y se utilizó hasta el siglo XVI, cuando el Papa Gregorio XIII instauró el calendario gregoriano.
Un tal Julio César
Pero, ¿quién fue Julio César? Y ¿por qué es uno de los hombres más recordados del caído Imperio Romano? En pocas palabras, Julio César fue una de las personalidades más influyentes de la historia de Roma. Como militar, expandió los límites del Imperio e impulsó la conquista de múltiples tierras que, luego, se transformaron en colonias romanas. Escribió una especie de crónica, De Bello Gallico, un comentario sobre la campaña en las Galias. Asimismo, en el plano de lo político escaló diversas funciones. Finalmente, en el año 63 a.C., fue elegido Pontifex Maximus, cargo que le daba poder político y también religioso. Más allá de su carrera política y militar, Julio César es conocido por su muerte. Aún en la actualidad no es posible saber, con certeza, cuáles fueron las causas que llevaron al Senado a aliarse para cometer un asesinato.
Por miedo a una posible extinción de la República y a que César que autoproclamara rey, se tejió una red de conspiraciones, encabezada por Casio y Bruto. Éste último era un hombre de confianza para César y el propio imperator lo había acogido como hijo adoptivo. Dice la leyenda que, en los días previos a su asesinato, Julio César recibió ciertos mensajes premonitorios: una serie de sueños y una advertencia. “Cuidate de los Idus de Marzo”, le habría dicho una adivina. Lo cierto es que en los idus de marzo del año 44 a.C., Julio César muere a manos de unos 60 senadores y más de 20 puñaladas. Su muerte significó un momento bisagra para la historia de Roma. Su sucesor, el princeps Augusto, cumplió lo que los conspirados tanto temían: transformó a Roma en un Imperio.
El legado de Julio César
Tal vez recordemos su nombre por su caracterización en las historietas de Asterix y Obelix. Algunas de sus frases hoy son citadas, quizá sin conocer el contexto que las vio nacer. “Alea iacta est” y “veni, vidi, vici” son las más conocidas. Asimismo, fue un personaje importante en diversas obras a lo largo de toda la historia de la literatura. Muchas de ellas se centraron en el entramado político que causó su muerte. Por ejemplo, en los dramas de Shakespeare o en la novela Los idus de marzo del autor italiano Valerio Massimo Manfredi. Jorge Luis Borges también le dedicó un poema en su libro Los conjurados. Lo cierto es que Julio César fue una figura influyente en la historia romana y, por lo tanto, en la historia y en la cultura mundial. Y si no, miremos todo lo que ocasiona y evoca cuando mencionamos el nombre del mes julio.
