Recuerdo una calurosa noche de noviembre paseando en la Feria de las Colectividades de Rosario, recorriendo junto a mi familia, para conocer un poco más de la historia y cultura de mis ancestros: la cultura italiana. Durante muchos años, guardé como un tesoro muy preciado una pequeña imagen de la loba capitolina de bronce que habíamos comprado aquella noche. Representaba la leyenda de la fundación de Roma. Seguramente, en medio de alguna mudanza, la estatuilla se cayó y se perdió. Un destino no muy distinto al del antiguo imperio romano, aunque en ambos casos el recuerdo y la historia permanecen intactos; como el cartel del viejo “Hotel Roma” sostenidos por Rómulo y Remo en lo alto del edificio emplazado en la intersección de las calles Corrientes y Santa Fe de nuestra ciudad, generando así una unión sutil pero a la vista de todos entre la ciudad de Roma y Rosario.
La Leyenda: Rómulo y Remo
En el pasado, el territorio de Italia era llamado Alba Longa y estaba bajo el mando de los hermanos Numitor y Amulio. Este último decidió echar a toda su familia, dejando sólo a su hija Reasilvia a quien encerró pero que luego logró escapar. Ella, en el camino de su huida, se topó con el dios Marte de quien se enamoró perdidamente y quedó embarazada de gemelos. Dio a luz a los niños y, para protegerlos, fueron abandonados arrojándolos a las aguas del río Tíber. Una loba llamada Luperca los descubrió y amamantó como si fuesen sus cachorros. Finalmente, fueron encontrados por un campesino que junto a su esposa criaron como hijos propios.
Al crecer, su padre adoptivo les contó la verdad de sus vidas y los hermanos decidieron buscar venganza. Rómulo y Remo regresaron a la ciudad de Alba Longa con la idea de fundar una ciudad sobre la que gobernar. Pero no todo fue color de rosas, ya que las cuestiones de poder surgieron entre los hermanos. Las disputas entre ellos provocaron peleas, siendo una de ellas el final fatal para Remo. Fue en el año 753 a.C. que Rómulo fundó la ciudad de Roma.
Loba capitolina en Rosario
El antiguo “Hotel Roma” fue construido a principios del siglo XX. Y fue proyecto del arquitecto Alejandro Máspoli, propiedad del señor Enrico Palenzona. Esta construcción ha pasado a la historia de nuestra ciudad como uno de los edificios más antiguos construidos en altura. Muy característico por su cartel que se conserva aún en la parte superior de la misma. Se trata de la loba capitolina amamantando a Rómulo y Remo descansando sobre la leyenda “Hotel Roma”. El lugar funcionó como hotel hasta convertirse en la sede del Jockey Club, antes de que este se instalara en su actual dirección. Luego, una tienda que tuvo vigencia hasta su incendio en la primera década del siglo. Durante los años posteriores, funcionaron diversos negocios en ambas plantas.
Cúpulas que enamoran
A finales de los ’80, se convirtió en un pequeño shopping de compras llamado “Plaza Roma” muy popular en esos años, pero su suerte no perduró en la historia. En la actualidad, funciona como galería comercial, quedando opacada con los años la majestuosidad y la impronta de principio de siglo. Los rosarinos solemos decir que a nuestra ciudad hay que caminarla y sentirla con la cabeza en alto. Dejarnos seducir también por sus hermosas, únicas e históricas cúpulas nos deja descubrir la historia grabada en nuestras valiosas construcciones. Tiempos lejanos cargados de arte y arquitectura de reminiscencias europeas, la invitación perfecta para conectar con la historia de aquellos tiempos, tan preciados como el recuerdo que me trajo hasta aquí.
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