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El Carlito: una verdadera fiesta de colectividades

El Carlito - Tapa

El Carlito en el año 2014 fue declarado Patrimonio Cultural de la ciudad de Rosario. Desde ese año, se celebra la “Semana del Carlito”. El evento fue declarado de interés municipal; y en él, cocineros de diferentes bares compiten por quién realiza el mejor. El Carlito es la comida estrella de la gastronomía local.

El único clásico que une a la ciudad

Rosario es un excelente lugar para conocer y dejarse llevar por los múltiples paisajes, ofertas gastronómicas y paseos culturales. Es una ciudad típica de puerto, multicultural desde su origen. Entre la cocina popular, tiene un plato que unifica, orgullo de su gente: el “Carlito”. El Carlito es un sándwich al que algunos intentan llevar a un lugar de comida simple, común y corriente. Lo quieren igualar al tostado tradicional argumentando que sólo se diferencia en el Ketchup. Se puede comer en cualquier momento del día, pero es ideal a la tardecita, acompañado con una cerveza fría.

El Carlito: en el sabor está la verdad

El Carlito es el sándwich típico rosarino. La mayoría afirma que el secreto principal está en el Ketchup (me atrevo a decir que también el tostado del pan esconde lo suyo). Se elabora con el clásico pan de miga de panificación argentina y se lo corta en triángulos, lo que recuerda a los clásicos tramezzini turineses. Dice la tradición que los tramezzini fueron inventados en Torino en 1925 en el Caffé Mulassano. ¿Su creador? El periodista, escritor, político y militar Gabriele D’Annunzio. Lo creó para evitar el uso del término inglés sándwich, que los inmigrantes de aquella tierra arraigaron en Argentina.

El lenguaje de los rosarinos

El Carlito también se metió con las palabras. El apóstrofo, en desuso en el idioma español (ya nadie escribe me voy pa’ la chacra), conserva un lugar en carlito’s para referirse a varios Carlito. No es un detalle menor al uso de la palabra que, por alguna razón que desconozco, tal vez proviene de la misma raíz que dio origen a los clubes de la ciudad: los ingleses del ferrocarril.

El Carlito - el clásico
El Carlito clásico. Photo Credit: Alejandro Mensi

Por otro lado, el hablar del rosarino tiene la característica de evitar pronunciar la S final. El típico dicho dice que el rosarino se come las eses: si tiene que decir Carlos va a decir Carlo. Es el legado del habla de la inmigración que llegó del sur de Italia que le aportó identidad al lenguaje la ciudad. Rosario brilla en lo multicultural. Los ingleses le colocan el apostrofo al plural de Carlito y los italianos le dan la forma y le quitan las eses, sin embargo el Ketchup sigue siendo su secreto íntimo.

¿Y qué es el Ketchup?

El Ketchup es un aderezo definido como agridulce que tiene origen en China. Es una salsa hecha a base de tomates, azúcar o miel, vinagre, sal, hierbas aromáticas, cebollas y especias, muy usado como condimento para comidas rápidas. ¿Y el pan? ¿Qué hay con el pan? Es el clásico pan de miga de panificación argentina. Entonces no es casualidad que el Carlito sea el alimento que mejor representa a la cocina rosarina, porque desde sus ingredientes nació multicultural. Hasta dejó en el olvido a la vieja antinomia de sándwich versus tramezzino. Vale decir que en el Carlito entramos todo: es una verdadera feria de colectividades.

La obra maestra: el clásico Carlito

La historia reciente dice que Rubén Ramírez lo creó en el año 1953. Ramírez trabajaba en el bar “Cachito”, un emprendimiento familiar ubicado en Avenida Pellegrini y Maipú, que funcionó desde 1941 hasta 1975. Fue a la cocina, untó manteca a dos panes de miga, le agregó una capa de queso sobre cada pan, rodajas jamón en el medio y, entre el jamón y el queso, le puso la salsa kétchup. Acto seguido, lo tostó en la tostadora. Nació el Carlito y la tostadora comenzó a llamarse carlitera. Le gustó el sabor y lo bautizó “Carlito” porque era el nombre que tenía pensado ponerle a su hijo (aunque hay quienes afirman que el nombre es un homenaje a Carlos Gardel).

El Carlito - especial
El clásico y el especial. Photo Credit: Alejandro Mensi

Para los ortodoxos, el Carlito especial no es un Carlito

La gastronomía tanto como el habla está en constante movimiento. Así pasa con este patrimonio de la ciudad; hay quienes intentan llevarlo al lugar de un sándwich gourmet, y quienes afirman que es un sándwich común y corriente. Intentan igualarlo a un tostado tradicional, argumentando que la diferencia estaría dada sólo por el Ketchup. Los ortodoxos negacionistas ante cualquier agregado diferente al habitual afirman que “eso no es un Carlito”. Será otra cosa, pero ya no un Carlito. Otro grupo afirma que se come con las manos; y si está muy cargado de contenido, tanto que se necesita de cuchillo y tenedor, es porque algo falló. Es lo mismo que pasa con la pizza y la empanada: por más exquisitas que sean, cortarlas con cuchillo y tenedor es un “pecado”.

Reivindicar al “Carlito especial

El “especial”, es una variante que depende del deseo del cocinero o de la carta del bar. Entre el jamón y el queso, le pueden poner pechuga de pollo, rodajas de lomo, morrones, aceitunas, cebolla, huevos cocidos o frito, carne cortada a cuchillo, y hasta en los restaurantes más gourmet: shawarna. Hay quienes al kétchup lo mezclan con mostaza o recomiendan usar mozzarella en lugar de queso en barra cortado a máquina.

Buffette del boulevard: “lo de Raúl”

Cada año, en la ciudad, se realizan competencias para saber quién es el mejor maestro carlitero. En todos los bares dicen que el mejor Carlito se hace acá. Si bien es tradicional comerlos en los bares del Paseo de la Avenida Pellegrini, de la costanera, del Parque Independencia o en la peatonal, si queda un minuto para disfrutar la ciudad, recomiendo el tradicional bar “Buffette del boulevard” (ubicado en Boulevard Oroño 1179, casi esquina Mendoza). Está en un local del particular edificio Kennedy, cuyo diseño cerámico del frente fue diseñado por Julio Vanzo. “Buffette” es lo que se lee en el frente del bar, pero para todos es “lo de Raúl”, clásica parada obligatoria de estudiantes de Ciencias Económicas, alumnos y profesores del Colegio Bernardino Rivadavia o de La Dante Alighieri.

“Lo de Raúl”: un lugar para todos

Raúl y su equipo te hacen sentir en tu casa. Pero no es tan así, porque en tu casa, no comerás un Carlito tan delicioso como en “lo de Raúl”. Hay lugar para todos, y entre sus clientes habituales, vecinos y transeúntes, se encuentran en algunas aristas del local artistas, actores y poetas, pero sobre todo buena gente con quien compartir una cerveza y disfrutar de esta comida estrella de la gastronomía local.

Photo Credit imagen de portada: Alejandro Mensi

El Carlito: una verdadera fiesta de colectividades ultima modifica: 2020-10-01T14:30:00-03:00 da Alejandro Mensi

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