Hoy, 8 de febrero, se cumplen 45 años del fallecimiento de la rosarina Olinda Bozán. Poco se sabe de la causa de su muerte, pero mucho sobre su extensa trayectoria profesional. Fue una actriz para todos los escenarios. En un primer momento, fue parte del cine mudo. Luego, actuó junto a otras grandes figuras en los inicios del cine sonoro. Su temprana formación teatral en el Circo Anselmi y con los hermanos Podestá marcó su carrera. También trabajó en el teatro de revistas. En un nuevo aniversario de su fallecimiento, recordamos la vida y carrera de esta actriz con todas las letras.
Olinda Bozán: entre Brasil y Argentina
Olinda heredó el apellido artístico de su madre y siempre fue conocida así. Nació un 21 de junio de 1894 en la ciudad de Rosario. Sin embargo, sus padres, Enrique Bozzani y Rosa Acosta de Bozzani (conocida como Rosa Bozán), la bautizaron en Brasil y la anotaron como si hubiera nacido en el país vecino. “Eso me trajo más de una complicación […] A mí me bautizaron en el Brasil pero no soy brasileña. Y hay gente que aún cree que lo soy”, había aclarado Olinda en alguna entrevista.
Sus inicios circenses
Vivió parte de su niñez en un cuarto que alquilaba su madre en un corralón. Desde muy pequeña, junto a sus hermanos, trabajó en el circo familiar donde cada integrante tenía su propio número. “Éramos una típica familia de circo donde, a partir de cierta edad, había que trabajar”. Tal vez sus inicios tempranos en el arte circense y actoral influyeran en su versatilidad al interpretar diversos personajes. Esto fue lo que enamoró alguna vez a la escena porteña. Su padre viajaba mucho entre Argentina, Brasil y Uruguay donde trabajó con los hermanos Podestá. En uno de esos viajes, Enrique Bozzani contrajo fiebre amarilla. Pocos días después de la aparición de los primeros síntomas, el padre de Olinda moría en Brasil.
Esto dejó a la familia Bozzani fragmentada. Rosa Bozán tomó a sus hijas y vendió todo lo que tenía. Viajaron a Buenos Aires para trabajar en el Circo Anselmi y luego, en el teatro Apolo, donde actuaban los Podestá. Como no tenía con quién dejar a la pequeña Olinda, Rosa la llevaba a las funciones y a los ensayos. “Nunca fui a la escuela. No me podían mandar a la escuela. Aprendí a leer y escribir con la ayuda de mi madre y con la de uno que otro compañero de trabajo”. Olinda fue completamente autodidacta. Entre juegos y travesuras, poco a poco, comenzó a participar de los sainetes con distintos personajes y de las piezas musicales.
Un amor de teatro
Embobada con los papeles interpretados por Pablo Podestá (uno de los hermanos de la compañía que lleva su nombre), Olinda convenció a su madre para casarse. Ella tenía tan solo 14 años; él, 33. Sin embargo, el matrimonio duró un mes, se disolvió poco después de la luna de miel. “Mi matrimonio con Pablo duró un mes. Tenía un carácter terrible. Era muy tosco. Una cosa era el Pablo a quien yo admiraba arriba del escenario, y otro ese hombre rudo con el cual me había casado. Yo me había casado con otro hombre, no con aquel que me electrizaba. Yo quería casarme en realidad con los personajes que ese hombre creaba y no con él. Preferí seguir enamorada de sus personajes. Lo dejé a Pablo y abandoné su compañía”. Claramente, el amor no era como lo pintaban en las obras de teatro.
Olinda Bozán: una mujer que pisa fuerte el escenario
Luego de abandonar a su marido y a la compañía, comenzó a trabajar en el Teatro Argentino y formó parte del elenco de Florencio Parravicini. A partir de ese momento y hasta sus últimos días de vida, su carrera actoral no se detuvo. Ya había probado la actuación del circo, luego continuó con el teatro, la revista y el cine (con sus dos formatos: el mudo y el sonoro). Es imposible recorrer, en una sola nota, toda su trayectoria: los teatros en los que actuó, los elencos en los que participó y las películas que filmó. Mucho menos, narrar su biografía. Si eligiéramos solo algunos hitos, el recorte sería totalmente injusto.
Olinda también compartió escenario y rodaje con otros grandes de la escena artística contemporánea nacional. Por ejemplo, en 1931, participó, con un pequeño papel, en Luces de Buenos Aires. Fue la primera película que Carlos Gardel hizo en los estudios Paramount, en Francia. Sin embargo, su primer trabajo relevante en cine fue Ídolos de la radio (1934) donde trabajó con Ada Falcón, Tito Lusiardo, Tita Merello y Francisco Canaro. Además, actuó junto a Lolita Torres y bajo la dirección de Daniel Tineyre. Unos años antes de su fallecimiento, fue convocada para representar el papel de la madre de Sandro en la película Muchacho (1970).
El recuerdo de la dama de la escena porteña
A pesar de que interpretó mayormente personajes cómicos y propios del sainete, Olinda Bozán supo no “encasillarse”, como se dice actualmente. Trabajó en más de 75 películas de diversos formatos y estilos. El teatro y la naciente revista también fueron su hogar. Se sintió cómoda con todos los papeles. En cada actuación, se notaba que había nacido por y para el escenario. Olinda falleció un día como hoy, el 8 de febrero de 1977, a la edad de 82 años. Si bien no tuvo hijos, el arte teatral y cinematográfico actual es parte de su legado. A 45 años de su fallecimiento, la escena nacional sigue honrando su memoria.
Autor imagen de portada: Facebook Juan Ignacio Bozzani.
Muy linda nota. ¡Gracias, Mari! 🙌
Brava!