En esta oportunidad, hablamos con Sebastián Fregoni, músico y mandolinista de nuestra ciudad. La mandolina es un instrumento de cuerda, cuya configuración más conocida responde a su versión napolitana. En países como Bélgica, Holanda, Francia, Alemania, Inglaterra e Italia principalmente, el instrumento tiene formación académica y existen infinidad de orquestas con décadas de vida. En esta nota, Sebastián, quien actualmente dirige el Coro de la Asociación Alcara Li Fusi, y da numerosos conciertos en Rosario y sus alrededores, nos cuenta no solo de la mandolina, sino también de sus inicios como músico en la ciudad.
Sebastián Fregoni: vida personal
Sebastián Fregoni comenzó a estudiar la guitarra a los 15 años. Sin embargo, cuando terminó la secundaria, no tomó a la música como una profesión, sino como un hobby. Por eso, estudió medicina. “Fueron años de mucha entrega y pasión por la ciencia médica, pero el arte jamás pude dejarlo. Siempre fui un gran melómano, tanto que siempre me dediqué a tocar y enseñar”. Además, aclara: “cuando soy médico, me olvido de que soy músico y viceversa. Pero hay puntos en común que son la sensibilidad para con las personas y saber captar lo que sienten; y de esa manera, poder ayudarlas. Hacer música también es para mí aportar algo lindo y eso es sanador. Primero lo es para mí porque me hace mucho bien tocar, pero para quien pueda llegar, siento que lo es también; porque me lo manifiestan continuamente y es maravilloso”.
Sebastián Fregoni: sus primeros eventos
Fregoni inició a tocar con el Trio en eventos sociales de la colectividad: cenas, almuerzos, aniversarios, casamientos. Generalmente, tocando la guitarra y – pocas o algunas veces – la mandolina, ya que, en aquel momento, recién estaba comenzando a estudiarla. Luego, inició a dar conciertos exclusivamente de mandolina en las distintas instituciones y salas culturales. “Si bien es lindo acompañar musicalmente los momentos de la vida social, es mucho más apasionante para un músico que el público se convoque para escuchar tus interpretaciones de manera exclusiva”. Posteriormente, empezó a tocar como músico agregado en eventos de mayores dimensiones, tales como conciertos con orquesta sinfónica y de cámara. “Con el tiempo, fui formando parte de distintos ensambles con flauta, guitarra, vocalistas. Hace unos años, ingresé a la carrera de Guitarra Clásica de la Universidad y pude ampliar las oportunidades. Y llegué a integrar un ensamble de Mandolina, Flauta y órgano de tubos”.
La música y su acercamiento a Italia
Sebastián es descendiente italiano. Sin embargo, nos asegura que nunca fue profesante de la cultura ni de las costumbres italianas hasta el momento en que inició a interpretar su música. “Mi familia paterna de apellido Fregoni (originariamente de Brescia, Lombardía) tiene seis generaciones de argentinos descendientes, y creo que con el tiempo se va perdiendo esa identidad. No sucede creo como cuando sos hijo o nieto de inmigrantes. Hablando siempre en términos generales, por supuesto. Con el tiempo, fui descubriendo que además de mi línea materna de origen libanés, tenía ancestros sicilianos y calabreses”.
Sebastián Fregoni: los inicios como mandolinista
“Conocí el instrumento a principios del 2007 cuando ya tenía un año tocando en un conjunto musical llamado Ital Melody. Un ensamble conformado por un vocalista, un tecladista y yo como guitarrista. Fue allí cuando realmente viví el sueño de viajar para tocar en distintos eventos todos los fines de semana en Rosario y alrededores. Fue en ese momento cuando descubrí la música italiana y me reencontré con mi apellido y mis orígenes, ya que no viví la italianidad de chico”.
Un gran maestro
En esa época, Sebastián tenía casi 30 años. “El vocalista y maestro mío, quien me hizo volver a los escenarios después de mucho tiempo, se llamaba Domenico Vartuli. Es él quien me trae una mandolina de su tío, y me pregunta si quiero intentar tocarla para algunos de los shows. A los pocos meses, tuve que devolverla y pude conseguir en Buenos Aires el ejemplar antiguo en magnífico estado que aún conservo”.
Investigación del instrumento
Una vez adquirido el instrumento, Sebastián comenzó a investigar páginas acerca de la construcción, detalles del encordado y calibre de cuerdas, historia, referentes en el mundo, estilos musicales, etc. En dicha búsqueda, logró contactarse con Ralf Leenen, un maestro belga que lo introdujo en el mundo mandolinístico. Tal eminencia le envió varios CD’s, partituras de su autoría y un libro de obras para el instrumento.
La mandolina: sus variedades
Sebastián nos cuenta que la mandolina más difundida es la napolitana, que es la más conocida, e incluso la que él mismo ejecuta. Sin embargo, agrega que “existen otras que se originan en el siglo XVII y XVIII en distintos lugares de Italia, principalmente en el norte. Por ejemplo, la cremonesa, milanesa, lombarda, bresciana, etc. Son piezas de museo o réplicas actuales de instrumentos que hoy día no son muy difundidos, aunque en Europa se hacen conciertos con estos instrumentos exóticos”.
Por último, Fregoni sostiene que “la mandolina tiene su familia de instrumentos. Como es de registro agudo y tiene la misma afinación que el violín, ocupa el mismo lugar que éste en su propia familia. Es así que existe la mandola – que tiene la misma afinación que la viola -, el mandocello y el liuto cantábile, instrumentos de registro más grave. El mandobajo ocupa el mismo lugar que el contrabajo en la familia de instrumentos de frote”.
Photo Credit imagen de portada: Sebastián Fregoni
