Luego de tres meses de gira por Italia y Suiza con “El ángel de la valija”, Severo Callaci nos cuenta cómo gracias a este viaje logró ordenar su propia historia. Su paso por el pueblo natal de su abuelo y la relación con el público italiano. Además hablamos de la traducción al italiano para transformarse en L’angelo della valigia.
El Ángel de la valija
Ezequiel Sanguinetti es una persona normal que trabaja en la calle. El único mundo que se siente como real es lo que ve, compuesto de pequeñas acciones, gestos, situaciones. Es dueño de una inocencia muy fuerte y saludable, que tiene que ver con la simpleza de cómo vive las cosas. Para él no hay segundas intenciones, es decir, no le gusta lo que no entiende, la complejidad de las cosas y las relaciones. Él cree en una forma directa y abierta de relacionarse con el mundo que lo rodea. Lo único que tiene con él es su valija, pero dentro de ella tiene su universo.
Al actor Severo Callaci se suma la dirección y dramaturgia de Sergio Mercurio y la producción de Agustina Toia. Juntos han sido seleccionados para diversos festivales internacionales de teatro para este 2019. Estarán presentes en el International Festival Theaterwelten en Rudolstadt (Alemania), en el 5º Festival Internacional de Teatro Escenabierta de Guanajuato (Mexico) y el Spots op West Festival en Heuvelland (Bélgica).
¿Cuál era tu relación con Italia antes de esta experiencia?
“Mi bisabuelo Melchiore Callaci es el menor de 3 hermanos nacidos en Menfi, provincia de Agrigento, Sicilia. En 1903 los dos hermanos más chicos se vienen para Argentina pensando que viajaban a ‘América’, Estados Unidos“, nos cuenta el actor. “Después de un tiempo en el Hotel de Inmigrantes los mandaron a trabajar a Arminda, cerca de Rosario. Luego vinieron a Rosario y pudieron armar una fábrica de mosaicos. Aún está la fábrica en Cafferata entre Tucumán y Catamarca, fundada en 1923“.
Si bien ya conocía “fue muy fuerte volver, hicimos funciones en Menfi, nos quedamos de nuestros parientes… Hicimos función en el día de la memoria, así que fue algo muy fuerte, en el salón comunal. Siento que ordené algo en relación a mi historia. Pude integrar parte de mi sangre a mi historia y hacerla propia. Fue una experiencia integradora, constitutiva y hermosa“.
¿Cómo fue la adaptación de la obra para el público italiano y la aparición de L’angelo della valigia?
“Si bien la traducción no es solo la letra, hay un gran trabajo en la actuación para poder escucharme y moverme hacia adentro de otra manera. Cómo el rebote de mis palabras me constituyen de otro modo, se escucha de otro modo y hay que calibrar todo eso“, dice Severo, y amplía:”se pensaban por la forma de hablar que era sardo, después nos reíamos, me cargaban porque decían que parecía más italiano que la gente de allá”.
¿Cómo fue la recepción del público?
“Fue muy profundo lo que pasó, vino mucha gente, les encantaba, nos aplaudían de pie… También es porque la obra tiene un mensaje universal y profundo en este momento del mundo tan fragmentado, dividido. Entonces la gente se entregó profundamente a lo que hicimos. Muy agradecidos por ser de otro país, habernos tomado el trabajo de hacer la traducción para que la gente la pueda disfrutar en su idioma“.
El paso de L’angelo della valigia por Italia también le dejó algunas certezas: “confirmó que podemos ir con nuestra obra por todo el mundo porque la gente lo aprecia. No solo la temática de la obra sino que también yo con muy pocos elementos puedo hacer todos estos personajes con una historia sencilla pero compleja de contar“.