Ciertamente la historia del restaurante La Piamontesa es una verdadera joya oculta en nuestra ciudad. Funcionando desde el año 1900, es una de las tantas historias de descendientes de inmigrantes que han llegado a nuestra hermosa tierra y con mucho para contarnos. Está ubicado en la intersección de los barrios República de la sexta y Tablada. Exactamente en calle 27 de febrero 554 de la ciudad de Rosario, justo enfrente a la vieja estación de trenes central Córdoba. Por eso mismo, sentarnos a comer allí no sólo es disfrutar de la deliciosa comida y del ambiente cálido. También, es disfrutar de un legado familiar transmitido de generación en generación: el amor en todo lo que se brinda.
El legado familiar
Santiago y Natalia, los abuelitos de Laura, quién hoy está a cargo del restaurante, llegaron desde Córdoba, en 1946. Ellos eran descendientes de friulianos y piamonteses, respectivamente. Al comienzo, cuando llegaron a la ciudad de Rosario, ambos empezaron a trabajar en lo que hoy es el restaurante y alojamiento La Piamontesa, que en aquellos años estaba a cargo de un tío de Santiago y su socio. Más tarde, Santiago pudo comprar ambas partes adquiriendo la totalidad del proyecto que funcionaba en todo su esplendor. Por aquellos años, llegaban viajantes a la estación de trenes y, dada la cercanía, los pasajeros paraban a disfrutar de la comida y las comodidades que ofrecía alojamiento. Los trenes de pasajeros funcionaron hasta 1951, aproximadamente, dando lugar a los trenes de carga que venían de los pueblos con variedad de productos para el consumo.
Pasada la época de los trenes, llegó la época de los camiones y los camioneros que trabajaban en el puerto. Por ello estos, se convirtieron en los nuevos clientes. “Mis padres se conocieron en este restaurante” cuenta Laura. Su mamá – descendiente de Santiago – trabaja allí y su papá era camionero cliente del lugar. Después de aquellos años, fue cambiando el público. Hoy, son los vecinos, grupos de amigos y demás clientes que ocupan las mesas de La Piamontesa, ayudando a recuperar lentamente los estragos de la pandemia. Finalmente, desde el año 2000 aproximadamente, es Laura quien mantiene vivo el espíritu del restaurante. Su clásica fachada, la estética y los valores de antaño se conservan intactos, permitiéndonos disfrutar del espíritu de este lugar.
La Piamontesa y su historia que nos invita a disfrutar el presente
En el restaurante, se sirven comidas caseras y frescas. “Ofrecemos carnes, pastas, guisos, picadas, matambres, pizzas y una gran variedad de postres: flanes, budín de pan y mucho más”, menciona Laura. Claro está que el ambiente es cálido para disfrutar en familia, pareja y con amigos. Es un lugar con historia y que nos invita a disfrutar a pleno el presente. Aromas de comida caserita invaden el lugar y despiertan los deseos de quienes pasan. Comidas cocinadas sin prisas y con un condimento único que hace que todo se sienta delicioso al corazón y al paladar: el amor y la dedicación puesta en cada plato.
Autora imagen de portada: Laura Pérez.
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